Arquitectura flexible para tiempos impredecibles: reinventando las oficinas en Santa Fe

Oficinas ejecutivas en Santa Fe

Estudio M253

Santa Fe en Ciudad de México  es uno de esos lugares con más vida empresarial y sus edificios hablan de este ritmo de vida. Esta zona además de ser el lugar ideal para muchas oficinas, también tiene sus toques comerciales  y residenciales. Esta zona, ubicada al poniente de la capital, dentro de las alcaldías Cuajimalpa y Álvaro Obregón y se ha consolidado como uno de los principales centros de actividad económica en la ciudad.

Ubicamos este proyecto durante la pandemia, una época en la que todos sabemos cómo el mundo entero se detuvo. Las necesidades habían cambiado. Ya no bastaba con dividir espacios, asignar escritorios o proyectar metros cuadrados. El reto ahora era diseñar para lo impredecible: un lugar que debía funcionar como oficina personal, pero también como un espacio compartido, rentable, flexible y altamente representativo.

Nuestro cliente nos buscó con una propuesta que, en cualquier otro momento, habría sonado lógica y natural: diseñar oficinas. Pero en plena pandemia, con la economía en pausa y la incertidumbre flotando, la palabra “oficina” era más problema que solución. La intención era diseñar unas oficinas para él y que a su vez se usaran como un espacio para rentar a otras empresas para compartir los espacios.

Tomamos esto como la oportunidad perfecta: si el mundo se estaba transformando, el diseño también tenía que responder a esas necesidades. El problema a su vez se convertía en una solución. 

Cambios estratégicos para el diseño de las oficinas: reinventando las oficinas

En lugar de enfocarnos en cubículos o estructuras fijas, propusimos un sistema de oficinas flexibles y compartidas que respondieran a nuevas dinámicas laborales. Creamos dos núcleos independientes de operación: uno para el cliente con su espacio privado, elegante, lleno de personalidad. Y otro pensado para empresas externas, con salas de juntas compartidas, dos recepciones y áreas comunes eficientes.

Cada decisión fue estratégica: desde la selección de materiales que transmitieran solidez y confianza, hasta la configuración espacial que promoviera colaboración sin sacrificar privacidad. El diseño tenía que hablar por el dueño, incluso antes de que él dijera una palabra.

Nuestro primer diseño consistió en espacios abiertos compartidos, una sala de juntas y lugares de oficinas para rentar, además de dos recepciones, una oficina privada para el dueño y otra extra.

Sabemos que cada espacio tiene que tener intención, estilo y dejar una buena impresión desde el primer vistazo. Para este proyecto, el reto fue justo ese: diseñar una oficina privada que reflejara la personalidad de su dueño, fuera cómoda para trabajar y, además, ideal para recibir clientes y cerrar tratos.

¿Quieres que tu oficina también cuente una historia poderosa? Nosotros te ayudamos a hacerla realidad. 

Con este proyecto logramos seguir con uno de nuestros objetivos más importantes: continuar reinventando las oficinas